Es gracioso, ¿no?. Que siempre pase lo mismo. Te pones bien loco y se acaba el jangueo. Ni modo. Que se va a hacer. Es parte de. Pero lo que si dolió de esta vez fue que me perdí a Benny Bennasi. No se. Asumo que toco aunque mi vecino y mejor amigo Richard me dijo que no lo escucho.
Sea como sea. Me lo perdí. Me acuerdo estar en superior cuando escuche el anuncio por la radio. Benny Bennassi en la isla. Iba a tocar en una discoteca, pero yo contaba con aproximadamente 16 años y mis padres ni me iban a llevar ni me iban a dar permiso.
Así fue que cuando escuche que Benny Bennassi iba a tocar en el Mega Electronic Fest, MEF, no dude dos veces en comprar la taquilla durante la segunda semana de ventas.
Esa mañana
“¡Wow!”, me dije a mi mismo cuando me desperté el pasado sábado 19 de marzo. “Que cool...al fin”. Al fin iba a poder ver a uno de los DJ’s mas famosos del planeta. Me acordé de cuando vi a Van Buren, a Tiesto, a Paul van Dyk. Y esta vez le tocaba el turno a Benny Bennassi. Todo estaba listo. La ATH, la taquilla. El celular con carga. En fin. Hasta la luna llena dictaba una espléndida noche. Rodeada de bellas puertorriqueñas en pantalones cortos, el olor a pasto que tanto marca los conciertos de música electrónica y mis mejores amigos.
La entrada
Como planificaba beber y estaba sin carro, mi madre nos dejo a mi y a mi hermana en la entrada del Coliseo Hiram Bithorn. Ya sentía el nerviosismo. Me acuerdo que esa tarde Andrés, el hermano de Richard me había llamado para decirme que faltara a una actividad que tenía con la Tuna de la IUPI, pues originalmente Richard y Andrés iban a ser mi pon. De esa forma recogerme temprano y evitar que nos quedáramos afuera.
Yo le dije que “pichara”, que yo buscaba otra manera de llegar. Y así fue que vi la entrada. La gloriosa entrada. recuerdo estaba cubierta por unos telones blancos, lo cual me pareció bien extraño y sin ningún otro fin que gastar tela. Pasadas esos telones, cortinas o lo que fueran, estaba la entrada el Bithorn. Tengo que confesar que entre medio “persiaou” pues tenía mi Nikon D60 conmigo para tirar “buenas fotos” y tenía miedo de que la seguridad del evento me dijera que no la podía entrar.
Tras pasar un chequeo bastante rudo por parte de la seguridad, el nerviosismo se me quito de encima y la calma y tranquilidad de tener mi cámara conmigo, volvió a mi. Eso si. Con respecto a la seguridad. ¿De dónde sacan a estas personas? me acuerdo haber hecho un comentario de lo “mamaou” que se veían. En serio. ¿De dónde sacan a esta gente?
Nada. “Piché pa loco” y seguí mi camino junto a mi hermana quien estaba esperando que sus amistades llegaran para irse a hacer lo que yo por viejo o por vago estoy cansado de hacer, irse al frente de la tarima.
En eso llegó Richard, Andrés y Jan, un amigo que se gradúo de escuela elemental con Andrés y mi hermana. Nos encontramos y proseguimos a una mesa que contenía las llaves al alcohol. Unas tristes banditas blancas con impresiones en anaranjado, verde y azul que identificaran al que las llevara puestas como una persona legalmente apta a ingerir bebidas alcohólicas.
Me las puse. Luego de eso, a la barra. Para sorpresa de todos los que estaban ahí no había ni una sola ATH en todo el lugar. Fue así que cuando Richard encontró el único kiosco en todo el Hiram Bithorn que aceptaba ATH vimos la gloria. Saben que no me despegue del lugar excepto cuando iba a tirar fotos, encontrarme con Melissa, enviarle un mensaje de texto a mi hermana o ir al baño. Pero mas que por el alcohol, por la “bartender” mas lindas jamás vista en la faz de la tierra. Y para añadirle al combo de su hermosura era puertorriqueña.
En noches como la del pasado 19 de marzo uno maldice el tener novia. Pero ni modo. Hay que ser fiel, ¿no?
Nada. Así transcurrió la noche. Recuerdo que de la nada salieron un montón de gente en zancos, “hombres vestidos de mujeres” y varias muchachas maquilladas de payasas, sirenas y gatas.
Realmente no entendí el concepto. O por que estaba “picaou” o por que realmente encontré bien basura la presentación dada por estos. Dicen que hay que ser objetivos, pero si algo está bien basura está bien basura. Si algo me pareció cómico fue como se lucían cuando uno les tomaba fotos. De todas maneras, creo que les quedo bien. Pero personalmente, no es por criticar el trabajo de los hombres que salieron allí, pero mano, si no te ves como una mujer, ni te mueves como ella, por amor a ti mismo y por dignidad, pégate un tiro. Perdón. Me lo tenía que sacar del sistema.
El transcurso de la noche
Ya caída la noche los neones y las pantallas empezaban a vislumbrar el escenario y a las masa que se daban cita al MEF. De esta manera todo se convirtió en la misma rutina de siempre. Vas al baño, a la barra, a hablar con la bartender, buscar a Melissa, buscar a Richard, de nuevo al baño, a la barra nuevamente, me encontré con Joyce y con Janina, a la barra, a hablar con la babrtender, a la barra, a Richard, a mi hermana, a Richard, la gente con la que jugaba soccer, a Richard, a la barra, a la bartender, a mi hermana, me encuentro con Janina y Joyce, a Richard, al baño, a Richard, saludo a Claudia que se me tira encima y me abraza de la emoción, a Richard, aparece Panda, aparece Maricelys, aparece Richard con Panda y Maricelys. Me doy cuenta que estoy bien loco. Salgo al baño.
Y ahí me quede. Después de eso lo único que recuerdo fue haber despertado en el baño gracias a Dios con mi cámara todavía junto a mi. Me levante, me lave la cara; paréntesis, que “funny” me veía, cierra paréntesis; salí del baño y lo otro que recuerdo fue mi celular sin carga, mi hermana levantandome y diciendo que mami ya había llegado. Originalmente me iba a ir con Richard pa casa, luego Melissa menciono que quizás me podía ir con ella y con Samuel para la casa de Oviedo, mi mejor amigo que lanzó un “party”.
Pero la realidad era que con el Bithorn abarrotado de Gente, sin carga en el celular y sin saber dónde estaban mis amistades, lo mejor era irme con mi madre. Así que siguiendo con un ojo cerrado a mi hermana para ver derecho la seguí hasta que vislumbre la Jeep Liberty familiar. Ni les dije hola. Solo entre, me senté, me amarre el cinturón y dije “arranca”. No pasaron ni cinco minutos y ya estaba vomitando a fuera de la ventana de la Jeep.
La resaca
Me sorprendí que no me doliera la cabeza ni tuviera nauseas al otro día. Eso si. Sabía que me lo había perdido. Me perdí a Benny Bennassi. Casi cinco años para poder escucharlo y me lo había perdido. Pero pero me sentí por no haberme despedido de nadie. Ni de Melissa, a quien siempre dejo plantada súbitamente, ni a Joyce o Janina, mis compañeras de COPU (Escuela de Comunicaciones de la UPR en Río Piedras). Pero pésimo me sentí por no haberle dicho nada a Richard.
Así que lo llamé. Estaba bien. Me dijo que “chileara”, que “eso pasa”. Le pregunté por Bennassi. Fue ahí que me enteré que sus oídos nunca lo escucharon, lo que que me hizo sentir un tanto mejor. Aunque si su nombre estuvo anunciado en casi todas las paredes del área metro, supongo que tuvo que haberse presentado.
Sea como sea. No sobreviví al MEF. Aún así la pase bien. En mi opinión, sea por que estaba loco o no, realmente no me pareció la gran cosa. Por lo menos las “bartenders” no se veían mal. Y esta vez permitieron la entrada de un público mas joven. Si, quizás eso halla echo que se llenara de “chamaquitos” que se las ingeniaban para beber. Pero “whatever”. “C’est la Vie”
En resumidas cuentas. No creo que el MEF halla sido esta cosa súper masiva como yo esperaba, y creo que puedo hablar y compararlo por la cantidad de “partys” de música electrónica a los que he asistido. No obstante. Las seis horas que recuerdo, estoy seguro que con la exageración que uno siempre le da a las historias cuando uno las cuenta, mis hijos tendrán una idea de lo mucho que su padre se gozó su juventud. ¡Salud!