Los Niños Estelares iban a tocar junto a la banda oestiana Los Negros Vivos. Una de las pocas veces que el sonido guaynabiano de Los Niños Estelares y el Ska Oestisense se juntaba en una sola tarima. Por eso, hurras a La Respuesta y una carita feliz. :)
Llegamos justo a tiempo para ver a al dúo compuesto por Fernando y Darío. Las cortinas empezaban a abrirse pero no sin antes permitirme comprarme una medalla.
Para sorpresa nuestra el dúo había incluido en su plantilla a "Patillas" un joven guitarrista del conservatorio de música que conocí una noche de esas en Nellylandia.
Cerrada la nota informativa, continúo con el recuento.
El dúo abrió con una canción que no conozco. No obstante si puedo decir que la típica vestimenta negra y blanca cómo la de los nacionalistas de la Masacre de Ponce, gafas amarillas ochentosas y el clavicordio no le podían faltar a Fernando mientras que Darío de manera más sencilla y sentado en una silla con su guitarra; juntos pompiaron al público que se dio cita que para sorpresa nuestra había crecido desde la última ves que habíamos mirado para atrás.
Con canciones cómo Pokemon y el intro de Dragon Ball Z hicieron que el público se revolcara de la risa mientras recordaban esos tiempos después de la escuela en que veían el programa Pégate con Chevy.
Como siempre no podían faltar sus chistes y sus bromas, así que cada tres o cuatro canciones le preguntaban al público si alguien cumplía años o si estaba celebrando algo. Y de estos decir que sí se llevaban una caja vacía de alguna figura de acción de Star Wars o una calcomanía de La Respuesta.
Sus clásicos Soy un Hombrecito, Corriendo bici en Guaynabo City, Plaza Acuática y Party Bus no podían faltar. Pero no fue hasta que cantaron Alegría Ricardo Alegría que la gente se contagió más con el carisma del grupo que mucho antes que el fallecido Padre de la Cultura se fuera de este mundo, el grupo le había hecho un homenaje en canción. De esta manera, cuándo Fernando empezó a decir todo los logros de Don Ricardo Alegría, el público no paró de reirse al escuchar cómo Alegría había estornudado causando las explosiones de Hiroshima y Nagasaki, cómo este había matado al Chupacabras y cómo había construido el Teodoro Moscoso en 5 días.
Risas, diversión, Star Wars y buena música aconteció en el local santurcino. Pero el grupo guaynabiano no podía irse sin cantar su último sencillo y vídeo musical, ¿Cuándo va a caer la bómba? luego del clásico "otra, otra" del público.
De esta manera el "encore" que quedó brutal no podía servir de mejor cierre para el grupo que enfermando a la gente de felicidad y risa, los hacían olvidarse del stress del trabajo, la fallida crisis económica y el gobierno mal administrado en el que vivimos los puertorriqueños. Claro esta. Esto último es mi opinión. Pero la verdad es que cómo escritor e informante de nada me sirve expresar la realidad si no la cuento desde mi punto de vista.
Amen he dicho, que viva Don Ricardo, "que viva la victoria" y por siempre, Na zdrowie.
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